Hace unas semanas un aficionado me preguntaba por twitter sobre mis preferencias en cuanto al rival del Cádiz en la fase que comienza el próximo domingo. Empecé mi respuestas diciendo que eso nunca se sabe sobre que rival puede ser mejor ya que la historia está llena de equipos que han sido eliminados por el, teóricamente, más debil y también a la inversa. Así, que hecha esa puntualización, respondí que prefería al Real Madrid Castilla. Después de ver al Cádiz durante toda la temporada y visionar por televisión algún que otro partido del filial merengue creo que el rival que mejor se puede adaptar al tipo de juego del Cádiz de Jose, es el blanco. Posteriormente me ratifiqué en mi preferencia en alguna charla con entrenadores que pensaban igual que yo. Pero no solo prefiero al Castilla por estilo de juego, también por eliminación de los otros dos. Al Mirandés no lo quería por lo reciente que está aun la fase de ascenso del año pasado. Yo estuve en Anduva y aunque el Cádiz es totalmente otro en cuanto a jugadores (por lo que no debería tener presión añadida por lo ocurrido hace un año), no lo es el equipo de Miranda de Ebro y se conocen a la perfección. Tampoco lo quería porque el entrenador es el mismo, el carnavalero Carlos Pouso, y podía tenernos tomada la medida. Del equipo balear no me gustaba el césped de su estadio ni la distancia con las islas que haría más difícil un desplazamiento masivo (hablo de facilidad para desplazarse a un sitio o a otro, no de las entradas que se puedan recibir). Al final el sorteo quiso que el rival de turno fuera el que yo prefería, sin quitar un ápice de fortaleza ni de calidad del equipo de Toril (que lo tienen y a raudales) el Cádiz está perfectamente capacitado para ascender tras la disputa de estos dos partidos. Y punto.
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