miércoles, 10 de abril de 2019

Terapia contra el cáncer

Me suele ocurrir que cuando voy por la calle y me encuentro con un paciente con cáncer como yo, especialmente a los que la quimioterapia les hace ir con pañuelos y/o gorras, pues cuando me encuentro con ellos como decía, siento unas ganas enormes de hablar. Deseo contarle mi experiencia y que ellos me cuenten las suyas. Siento unas ganas increíbles de conversar con ellos, es como cuando estas en una ciudad que no es la tuya y te encuentras a uno con la camiseta de tu equipo, más o menos igual, para que me entendáis. A veces doy el paso y les hablo y en otros casos aguanto mis ganas.

Ayer fue uno de los días que no me aguanté. Estaba en un supermercado y mientras llenaba mi carro llegaba a donde yo me encontraba una chica como yo, enferma de cáncer, guapa pese a todo y con un pañuelo con visera que conozco tan bien ya que hace poco los llevaba mi mujer. Ella no se percató de mi presencia hasta que le dije:

- ¿Cómo te encuentras?

Ella me miró sorprendida como diciendo: ¿Y este quién es? ¿Quién es el chalado este que me pregunta sin conocerme de nada?

Acto seguido le pedí que me disculpara por mi osadía y por meterme donde no me llaman. Seguidamente le comenté que hacía un mes que había acabado mis sesiones de quimioterapia. Ahí, en ese momento noté que se relajó y esbozó una sonrisa al darse cuenta que hablábamos el mismo idioma. Y ya me dijo las sesiones que llevaba, las que le quedaba, me preguntó cuantas me dieron a mi. Le dije que ocho también, al igual que ella y le comenté también que parecía que nunca llegaría el mes de marzo, ella me decía que estaba deseando que llegara el mes de julio, mes en la que acabará sus ciclos de quimio.

Y así estuvimos un rato en el supermercado charlando de nuestras cosas de salud, de nuestros miedos,  de nuestras inseguridades, de nuestros ánimos, secuelas, síntomas y demás cuestiones relacionadas con ´el bicho´.

¿Y saben que les digo? me gustó charlar con ella, y me alegré de dar el paso y dirigirme a ella. A mi me vino muy bien y lo que es más importante y por lo que lo hice, a ella creo que también le vino bien la charla, creo que le sirvió conversar con alguien que ha pasado por lo mismo que ella ahora. Me satisface si le he ayudado en algo. Me alegra si te ha servido de algo Lola.

Seguiré haciendo lo mismo, seguiré charlando con pacientes como yo que me encuentre por la calle, ya que nos puede servir como terapia a ambos, aunque se que no siempre me encontraré a gente como Lola. Seguro que a alguien no le gusta que un desconocido le pregunte, lo entiendo, cada uno lleva sus cosas como quiere y quien soy yo para cambiar su opinión. En ese caso le pediré disculpas y seguiré mi camino. Pero estoy convencido que encontraré a más gente como Lola que le gustará intercambiar experiencias, ya que hablamos el mismo idioma.


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