Os dejo mi artículo de opinión publicado en el Cádiz Información este pasado domingo 30 de marzo a petición de mi compañera Gema Freire.
La Madrugada de Cádiz se está perdiendo y es una
pena. Y algo habrá que hacer al respecto, digo yo. Contaba siempre Eduardo
Lumpié en sus charletas gaditanas que esa era la primera noche en la que los
jóvenes gaditanos del Cádiz de la postguerra tenían permiso de sus padres para
llegar más tarde a casa. Si les cogen con la madrugada que tenemos ahora,
tendrían que recogerse temprano también esa noche y no tendría el pase
pernocta. Y es que se nos ha quedado una jornada, la jornada más grande, que ni
fu ni fa. Se ha convertido en un quiero y no puedo, pero teniendo mucho para
querer y poder. Que tiene más delito la cosa. Y aquí responsabilizo a todo el
mundo, cofradías y hermandades, Consejo, incluso, al Ayuntamiento. La Semana
Santa, además de ser una manifestación pública de religiosidad, no deja de ser
también un atractivo para el turismo y por añadidura una fuente de ingresos. No
estamos para poner trabas a la llegada de algunos euros, por poco que puedan
ser. Por eso, el Ayuntamiento y el Consejo tendrían que haber autorizado (o no
permitido) dicho cambio siempre y cuando el hueco dejado fuera cubierto por
otra hermandad. Para que de esa manera no hubiera el enorme y lamentable parón
que desluce la madrugada. Llevo tantas Semanas Santas de Cádiz como años tengo,
jamás me fui fuera ni un solo día. Y jamás he visto problemas de gravedad en
cuando a la seguridad se refiere. Lo digo porque si no me equivoco ese era una
de las razones esgrimidas por mi querida hermandad de Sanidad. Tanto que a
algunos les gusta mirar a la, fantástica también, semana mayor sevillana, pese
a los incidentes ocurrido hace ya muchos años, nunca oí a ninguna cofradía de
la “Madrugá” de Sevilla solicitar el cambio de día. Es un privilegio salir en
la madrugada, privilegio que algunos no ven como yo. Tuve el honor de cargar el
Cristo del Mayor dolor siempre saliendo a las 12 de la medianoche y con
recogidas en Santa Cruz que eran deseadas y esperadas por el pueblo de Cádiz,
como demostraba la plaza abarrotada a las seis de la mañana. Por eso me da más
pena si cabe verla en un día que para mí, no es el suyo. No olvidemos que se
trata de hacer Estación de Penitencia en la Santa Iglesia Catedral,
independientemente del número de personas que se encuentren viendo el cortejo,
lo digo para derribar el otro argumento sobre las pocas personas que acompañan
con su presencia en ciertas calles o ciertas horas. Por eso, el bien común debe
primar siempre por encima del bien particular. Y no cambiar de día por
conveniencia de algunos que prefieren estar libre de responsabilidades con su
hermandad y poder marchar allá donde esté lo que realmente le gusta y que lo de
aquí lo hace casi por matar el gusanillo. La Semana Santa de Cádiz avanza de
manera irregular, irregular digo porque a tantas cosas buenas que poco a poco
se van haciendo, se emborronan con temas como este de la madrugada, o como las
pérdidas de identidad propia en algunas cofradías en cuanto a nuestro estilo se
refiere o también con el desprecio constante que algunos hacen hacia el habla
cofrade gaditano. Y punto
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